¿Qué supone ir de Jefe de Equipo (“Team Leader”) de un Equipo Nacional?
El Piragüismo en Aguas Tranquilas y el Paracanoe me han permitido vivir Campeonatos del Mundo, Europeos y Copas del Mundo… todo un honor por la responsabilidad que se significa.
Responsabilidad es la suma de responder y habilidad, y para ello el liderazgo de cualquier grupo requiere de unas habilidades que ahora el mundo empresarial llama Soft Skills: habilidades interpersonales, competencias sociales y habilidades metódicas.
Repasando el esquema me doy cuenta que la experiencia me ha permitido desarrollar y aprender todas estas habilidades. El día a día de cualquier expedición requiere la capacidad de solucionar problemas.
Por muy bien que esté todo preparado de antemano, siempre surgen imprevistos que deben resolverse in situ con la mayor diligencia. Lejos de ponerme nerviosa mi actitud positiva convertía en retos cualquier problema que pudiera surgir.
En mi caso todo giraba en torno a la competición, y para mí lo más importante era gestionar el espíritu de Equipo por encima de las tensiones individuales de los palistas, siendo consciente, por supuesto, que cualquier interferencia les podría suponer una desestabilización en sus resultados.
¿Y si estaba todo tan preparado qué podía fallar?
Pues todo, o casi todo…
Antes de partir y hasta el último momento podía variar: el listado de participantes, permisos, visados, transporte del material, embarcaciones, transporte adaptado para palistas de Paracanoe, vuelos internos y conexiones, comidas durante el viaje, punto de encuentro, personas invitadas, sponsors, acreditaciones…
A la llegada a la sede del evento: retrasos y pérdidas de los vuelos, pérdida de equipaje, las palas, material roto, la recogida de los deportistas, cada uno provenientes de una punta del país….
Como decía, todo.
Durante estos años me ha pasado alguna que otra cosita, como os podréis imaginar.
Empezando por las Ceremonias de apertura y clausura, donde era difícil convencer (especialmente a los más veteranos) que deberían asistir ya que representaban al País.
He llegado a algún hotel donde no les aparecía nuestra reserva (argumentando que se habían confundido con otro país), en otros no estaba efectuado el pago (se había retrasado la transferencia por culpa del banco), las habitaciones no correspondían según las reservas efectuadas, problemas con la distribución de las habitaciones dobles, donde se suponía que eran dos camas, y nos encontrábamos con cama de matrimonio, ¿cómo iban a dormir dos deportistas del mismo sexo y adultos en una misa cama? menuda papeleta…
A Teresa Portela le faltó una cuna en su habitación porque llevaba a su hija, otro palista no quería compartir habitación con su compañera de Equipo y contrincante…
Otras veces había que reestructurar los horarios de desayuno y las cenas, ya que no se correspondían con alguno de los horarios de competición (había que buscar alternativas para que comieran antes o no se quedaran sin comer). y algunas veces tuve que ir al súper porque la comida no se adecuaba a las necesidades de algunos deportistas.
Un tema importante como Jefe de Equipo era el transporte a la pista de competición, donde había que asegurarse de los horarios de los autobuses lanzaderas, los tíquets de comida en pista olvidados en las habitaciones, concretar horarios de clasificaciones y de transporte adaptado para el grupo de Paracanoe todo esto coordinarlo con los respectivos entrenadores…
En Moscú se perdieron varias veces el equipaje de las palas, después de hacer todas las reclamaciones pertinentes las encontramos un par de días después. Tenía la costumbre de hacer fotos de los equipajes especiales antes de facturar, así que en más de una ocasión, enseñando la foto me sirvió para la gestión de su recogida.
En Milan tuve que buscar hielo para refrescar una piscina inflable donde nuestros deportistas se introducían después de competir.
Todo esto va variando en cada instante según se vayan clasificando los palistas, las exigencias y el stress se va sumando hasta asentarse en un inicio y aumentando según se acercan las finales y llegan las alegrías de las medallas.
Esta dinámica te permite conocer excelentes personas, entrenadores, palistas, federativos, periodistas, árbitros … que valoran tu esfuerzo y que colaboran en busca de soluciones.
De alguna manera se acaba formando una familia y te das cuenta que en el fondo somos todos un único Equipo.
Pero no todo es tan bonito, también están los intransigentes que parece que son únicos y quizás por novatos, falta de experiencia o porque no dan más de sí, están bloqueados por la tensión de unos resultados desfavorables.
Lo mas difícil de solucionar, algunas veces, son los invitados, algunos se creen especiales, vienen de vacaciones, las acreditaciones no les permite acceder a todos los lugares pero ellos quieren llegar donde los palistas y además no se aclaran con el idioma…
Aunque también están los auténticos, los agradecidos, y los que por no molestar son capaces de no pedir nada.
Lo mejor como siempre he dicho: lo que aprendí, las personas que conocí y la satisfacción de haber dado el máximo de mí misma pudiendo solucionar la mayoría de los problemas.
La cena o evento de recepción de todos los presidentes de federación y jefes de equipo de los diversos países, es el lugar distendido para conocer a tus afines y donde el anfitrión se desvive para presentar sus mejores cartas sobre el evento. También es el lugar donde puedes solucionar y hablar de lo que te ha pasado, observas que no eres el único, que los problemas son para todos y que los tuyos son mínimos, lo dicho, somos todos del mismo Equipo.
