Todo me ayuda a recordar a los amigos que, a pesar de la distancia, están ahí.
Ahora me siento más cerca de ellos, viendo sus caras en las fotos, aunque de algunos no recuerde sus nombres, los llevo en mi corazón.
Viajar desde la imaginación, en casa, a través de las fotos…
¿Hay algo más bello que poder recordar y saborear a diario el mar?
Los paisajes, los campamentos, las comidas, la luna en todas sus fases, las estrellas, las palmeras, los amaneceres y atardeceres con toda su gama de colores, las nubes, la nieve, los pájaros, sentir el viento, el frío, las tormentas, las hojas al caer, ver crecer las flores, palpar el cambio de las estaciones…
Esta Pandemia nos encierra y nos limita pero me permite una pausa para ordenar mis vivencias y compartirlas con todos.
También nos permite dar un respiro a la Naturaleza, que se cure y que nos de nueva vida justo cuando más lo necesitemos.
Y nos da un paréntesis a nosotros que debemos aprovechar para conectar con el funcionamiento del ecosistema y entender cómo nos influye a nivel mental y emocional.
Con el tiempo volverán las cosas buenas, volverán los viajes sostenibles en la naturaleza cómo hacemos los piragüistas.
Nos esperan a todos.