ARTÍCULOS MUJERES PARACANOE

Cuando conocí a Sandra Cavallé

Mientras iba en bicicleta por Cambrils me encontré un día una chica que me venía de frente con una potencia increíble pedaleando con sus brazos una handbike, al verla me di la vuelta y decidí seguirla, no podía creer lo que estaba viendo, como dominaba la bici, que dorsales tenía y a que velocidad pedalea. 

Ya me la imaginaba en la Va’a, era un diamante en bruto, de repente se paró y aproveche para hablar con ella.

Le estuve hablando del piragüismo, le ofrecí si quería probarlo, nos intercambiamos los teléfonos, al cabo de unos días me llamo, ¿qué quieres que haga?- me dijo.

Para probarlo tenemos que irnos a Venecia, le dije.

En España no existe este tipo de canoas, tengo unos amigos pioneros en estas embarcaciones, siempre me han ofrecido su apoyo incondicional para promover la Va’a. Los vi por primera vez en el 2009 en el primer Campeonato del Mundo de Paracanoe en Canada, Sandra Truccolo participando en Va’a 1 y a Daniele Scarpa como su entrenador.

Me fascinó este tipo de embarcaciones.

En una semana estábamos las dos instaladas en Cavallino (Venecia) probando la Va’a, que es el modelo de canoa que se decidió utilizaran los palistas de competición en Paracanoe ya que pueden ir sentados en vez de arrodillados. 

Ambas aprendimos las lecciones dadas por Daniele, entrenador y Campeón Olímpico en kayak en Barcelona 92.

Empezamos probando una Va’a 2, adaptamos un asiento para que su cuerpo no se balanceara a ambos lados o hacia adelante, inventamos un cinturón para fijarla al asiento, con velcro para que pudiera soltarse en caso de vuelco. Con esta fijación podría aplicar la técnica y su fuerza con más eficacia. En un par de días una vez aprendida la técnica ya salía en la Va’a 1 sola.

Sandra practicaba a alto nivel Esquí adaptado, el asiento que probamos para la Va’a era semejante al que ella utilizaba para esquiar, hacia falta coordinar todas sus capacidades hacia un nuevo deporte, dosificando y controlando su fuerza hacia una una nueva técnica y paralelamente hacerle coger confianza en si misma, que confiar en mi y sobre todo que disfrutara.

Prueba de esa confianza mutua fue cuando volcó por primera vez, cada una iba en su embarcación Va’a1 individual, yo antes me había asegurado de que ella no tenía miedo al agua, sabía que acostumbraba a nadar asiduamente. 

En el canal en el que ya llevábamos varios días entrenando me iba fijando en los sitios donde podríamos desembarcar si nos pasaba algo, estaba acostumbrada a hacer rescates con mi kayak de mar, sabia que ella no podría subir en su Va’a desde el agua pero que sí podría, sin que se soltara de la Va’a, remolcarla hasta el lugar adecuado, lo que yo no sabía es que con las AMAS de las dos Va’a el remolque no era tan fácil. 

Según Sandra me dijo. le sorprendió mi serenidad a la hora de actuar en el rescate, pensaba que todos los movimientos los tenia calculados como si lo hiciera todos los días, a mi lo que me sorprendió de ella es que no entrara en pánico y siguiera todas mis instrucciones.

La relación de confianza que comenzamos la define muy bien la propia Sandra:

Lo que me llevó a practicar el Paracanoe en la Va’a fue principalmente Carme, pues fue ella quien me encontró haciendo handbike y lo organizó todo para que lo pudiera probar y encima lo hiciera con gente que lleva mucho tiempo en este deporte y que sabía muy bien cómo enseñar y cómo hacer para que los principiantes, como yo, cogiéramos confianza. 

Si hay algo que he aprendido con el kayak y que intento aplicar a mi vida es que en situaciones “difíciles” lo primero que hay que hacer es mantener la calma; prevenir, avisar y socorrer “PAS”.

Y todo ese conocimiento lo pusimos en práctica en para un gran objetivo: poder llegar a participar en el “Mundial de Szeged 2011”

Pero eso os lo contaré después…

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